viernes, 6 de enero de 2012

Bellos Comienzos

No Digas que fue un Sueño 
(Terenci Moix) 

" Y dijo la mujer: 
Maldito sea Amor, que me asesina. Teñid de muerte el Nilo. Poned de luto las nubes. Convertid Egipto en un sepulcro. 
Y así se hizo. Y el espanto fue descendiendo sobre el río. Y la muerte se instaló en las orillas. Y cayó el infierno sobre el universo. 
Cumplida la orden, una densa nube negra entoldó los cielos en los que jamás hay nubes. Por lo insólita, dijérase el velo de una diosa traicionera. Digérase sangre podrida goteando sobre los frondosos palmerales, las florestas de papiros, los huertos y jardines que un día fueron fértiles. 
Una galera real bogaba con magestuosa lentitud en busca de los confines más remotos del reino; allí donde éste se pierde en los desiertos que corren en busca de las selvas ignotas, donde dicen que nace el río santo. 
La negrura llegaba acompañada por himnos tan tristes como el día. Era la incesante percusión de cien timbales doloridos. Era el batir de cien remos en las aguas, tan tristes a su vez que también se habían vuelto negras. 
Las riveras se llenaron de campesinos procedentes de los villorrios máas próximos. Llegaban formando pocesión, y en sus arrugados rostros, en sus arrugas surcadas por el sol de muchos siglos, el asombro alternaba con el miedo. Se arrojaban al suelo, escondían la cabeza entre las cañas, se golpeaban el pecho con piedras afiladas y frotaban sus ojos con fango, como se viene haciendo desde los tiempos más remotos cuando muere un monarca o la naturaleza rompe su curso inexorable porque los dioses no están satisfechos"...

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