Hola, por si alguien se tropieza con este humilde blog y además está interesado en la literatura es precisamente pensando en ese hipotético "navegante" por lo que me he decidido a compartir lecturas, opiniones, ect. con todo aquel que lo tenga a bien.
Yo soy de la opinión de que en el comienzo de un libro ya se puede vislumbrar el talento del autor. Mi intención no es otra que ir poniendo sobre la mesa un buen puñado de títulos de libros que me han agradado especialmente con la esperanza de ayudar a alguien a descubrir, a través de estos Bellos Comienzos, algún libro que le haga disfrutar con su lectura. Espero que haya alguien por ahí dispuesto a aportar sus Bellos Comienzos.
D E M I A N
(H. Hesse)
" Comienzo mi historia como un acontecimiento de la época en que yo tenía diez años e iba al Instituto de Letras de nuestra pequeña ciudad.
Muchas cosas conservan aún su perfume y me conmueven en lo más profundo con pena y dulce nostalgia: callejas oscuras y claras, casas y torres, campanadas de reloj y rostros humanos, habitaciones llenas de acogedor y cálido bienestar, habitaciones llenas de misterio y profundo miedo a los fantasmas. Olores a cálida intimidad, a conejos y a criadas, a remedios caseros y a fruta seca. Dos mundos se confundían allí: de dos polos opuestos surgían el día y la noche.
Un mundo lo constituía la casa paterna; más extrictamente se reducía a mis padres. Este mundo me resultaba muy familiar: se llamaba padre y madre, amor y severidad, ejemplo y colegio. A este mundo pertenecían un tenue esplendor, claridad y limpieza; en él habitaban las palabras suaves y amables, las manos lavadas, los vestidos límpios y las buenas costumbres. Allí se cantaba el coral por las mañanas y se celebraba la Navidad. En este mundo existían las líneas rectas y los caminos que conducen al futuro, el deber y la culpa, los remordimientos y la confesión, el perdón y los buenos propósitos, el amor y el respeto, la Biblia y la sabiduría. Había que mantenerse dentro de este mundo para que la vida fuera clara, límpia, bella y ordenada.
El otro mundo, sin embargo, comenzaba dentro de nuestra propia cas y era totalmente diferente: olía de otra manera, hablaba de otra manera, prometía y exigía otras cosas. En este segundo mundo existían criadas y aprendices, historias de aparecidos y rumores escandalosos; todo un torrente multicolor de cosas terribles, atrayentes y enigmáticas, como el matadero y la cárcel, borrachos y mujeres chillonas, vacas parturientas y caballos desplomados; historias de robos, asesinatos y suicidios"..
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